La Comisión de Educación de la A.P.D.H. nació como un desprendimiento de la Comisión de Cultura que funcionaba en la institución desde antes de la terminación de la dictadura militar. Un grupo de docentes comprometidos con la escuela pública y convencidos que éste era un ámbito privilegiado para difundir la teoría y la práctica de los derechos humanos, formó la primitiva subcomisión de educación la cual con el correr de los años, adquirió la categoría de secretaría independiente.
La Comisión ya había llevado a cabo distintas actividades con docentes y personas interesadas en la problemática educativa, así como algunas publicaciones, cuando el Ministerio de Educación del Gobierno del Dr. Alfonsín llamó a la Asamblea para que presentara un proyecto para la enseñanza de los derechos humanos en la escuela.
La comisión discutió la propuesta y llegó a la conclusión que los derechos humanos no eran una asignatura más en la escuela, sino la materia de la educación, y que la teoría y la práctica de los mismos no podían ser separadas sin correr el serio riesgo de desnaturalizarlos. Una escuela vertical y autoritaria cuya base era la disciplina y no la armónica convivencia, lograda a través del consenso y acuerdo de todos los integrantes de la comunidad educativa, no era el mejor terreno para construir una democracia participativa, solidaria y plural.
Otra de las conclusiones de la Comisión fue que cualquier materia del curriculum escolar de todos los niveles de escolaridad podía y debía ser tratada desde la óptica de los derechos humanos, lo que hoy constituye uno de los contenidos transversales.
El resultado de estas reflexiones fue la publicación de "Educación por los Derechos Humanos"- Proyecto de la A.P.D.H., que ya lleva dos ediciones y en el que se fundamenta esta posición y se trabaja en todas las áreas de los niveles: primario, secundario y terciario no universitario aportando a los docentes algunas ideas para la preparación de sus clases basadas en este enfoque.
Sumada a las actividades habituales, charlas en escuelas, mesas redondas, grupos de reflexión, y artículos para diversas publicaciones, se comenzó a trabajar, en 1983, con la metodología de taller. Se tomó esta decisión por considerar que, si no la única, era una forma de trabajo acorde con el espíritu de los derechos humanos.
Desde la fecha hasta el presente han sido innumerables los talleres realizados en todo el país con alumnos, docentes y trabajadores sociales y voluntarios. En estos últimos tiempos, se ha puesto el énfasis en el trabajo con grupos de docentes por considerarlos multiplicadores por excelencia.
Las ideas de las que se parte para poder multiplicar el saber y la práctica de los derechos humanos en la escuela, es concientizar que toda persona es sujeto de derechos, que si éstos no son para todos sólo constituyen un privilegio, que no son separables puesto que si uno es violado, todos están en riesgo inminente y que son por lo tanto exigibles.
La Comisión considera uno de sus objetivos más importantes el contribuir a la tarea común de construir un pensamiento crítico para lograr la construcción de una sociedad justa y solidaria desde el ámbito educativo.