Una delegación compuesta por la presidenta de APDH, María Elena Naddeo, el secretario de Relaciones Institucionales, Eduardo Tavani, y el integrante de la Secretaría de Asuntos jurídicos, Mauricio Rojas, se entrevistó con el Procurador Penitenciario de la Nación, Francisco Mugnolo, y el director general del PPN Ariel Cejas Meliare con el objetivo de solicitar información sobre la represión acontecida en la cárcel de mujeres de Ezeiza el pasado 8 de marzo.
El procurador confirmó totalmente la gravedad de lo sucedido en el pabellón 24 de la cárcel de Ezeiza cuando el personal del servicio penitenciario, después de informar la suspensión del pago del peculio a mujeres representantes de los dormitorios, interrumpió una reunión de las presas con enorme violencia, causándoles heridas y lesiones a varias de ellas.
Estos incidentes tuvieron suceso el 8 de marzo Día Internacional de la Mujer trabajadora, mientras el movimiento de mujeres marchaba por las calles de las principales ciudades del país reclamando mayores niveles de igualdad y la erradicación de todas las formas de violencia.
“Resulta vergonzoso que se sigan perpetuando estas conductas que violentan los tratados internacionales de derechos humanos y toda la legislación vigente. Suspender el pago de las horas trabajadas por las y los presos, y peor, aún, utilizar tratos crueles inhumanos y degradantes, como los golpes y palabras humillantes utilizadas por el personal del SPN contra las presas de Ezeiza, coloca a Argentina en el paradigma punitivo y represivo de los países que incumplen la doctrina y jurisprudencia sobre derechos humanos”, sostuvieron desde la APDH.
Si bien Mugnolo informó que la situación del pago de los peculios se había normalizado, los hechos gravísimos fueron denunciados en el fuero penal y siguen investigando y monitoreando la situación del pabellón.
La APDH continuará en contacto con la Procuración Penitenciaria y con las necesidades de las presas de Ezeiza. En especial se generó el compromiso de articular acciones para lograr nuevas normativas destinadas brindar respaldo y ayuda social a quienes egresan de las cárceles, para evitar el terrible circuito de la exclusión y la estigmatización que hoy atraviesan.