Desde la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos repudiamos la represión de la infantería de la policía de la provincia de Chubut contra los trabajadores y trabajadoras de la educación, que esperaban frente a casa de Gobierno ante una nueva reunión paritaria. Represión contra quienes luchan por un salario digno y defienden la educación pública.
Es necesario destacar que este conflicto es producto del congelamiento del salario de los trabajadores y las trabajadoras desde hace más de un año y contra el pago escalonado del mismo, implementado por el gobernador Arcioni desde hace mas de tres meses, y quién ha decidido implementar una política de ajuste que descarga sobre los sectores obreros estatales en su conjunto. Asimismo el Estado chubutense es la fiel expresión de un modelo que excluye a las mayorías, privándolas de sus derechos más elementales como la educación y la salud, y para ello precariza y flexibiliza el trabajo, desmatela la educación pública a través de la desfinanciación de programas socioeducativos (Comedores escolares, TEG, CAJ,CAI), o el más grosero abandono de las escuelas.
La criminalización y la represión se transforman en el mecanismo para callarnos, para “normalizarnos”, como por ejemplo el ataque a los compañeros y compañeras en Rawson que intentan defender no solo su trabajo en condiciones dignas sino también el derecho a la educación del pueblo. Somos los sectores trabajadores quienes nos oponemos a este modelo que nos excluye y nos intenta transformar en meros esclavos porque este Estado favorece a los intereses de los actuales dueños reales de la tierra: los terratenientes, extranjeros en su mayoría, y los monopolios petroleros y mineros, que permanentemente saquean y depredan nuestros bienes comunes.
Ante la violencia institucional por parte del Estado para silenciar nuestra voz nos ponemos de pie, contra las reformas neoliberales que violentan nuestros derechos de ser nos ponemos de pie, porque somos parte de un pueblo que brega y entiende que otro mundo es posible y necesario.