En los días posteriores a que se produjeran los allanamientos solicitados por delegación regional de la CONADEP, en los que se secuestraron importantes evidencias incriminatorias, tuvo lugar este gran robo a Tribunales. Operación en la cual hicieron desaparecer denuncias y pruebas sobre el accionar genocida de las fuerzas represivas, de grandes empresarios, eclesiásticos y funcionarios de los distintos poderes del Estado.
Las pruebas daban sustento material a nuestro empecinamiento en caracterizar a la última dictadura como cívico-eclesiástica-militar.
Fue una clara muestra del poder de acción, coacción y despliegue que mantuvo la Patota de Feced hasta entrados años de gobiernos constitucionales y que siguieron con la persecución e investigación a los testigos y el desplazamiento del juez Fermoselle. De hecho, a finales de los 90, APDH junto a otros organismos realizó un escrache para exigir que se avance en la investigación de estos terribles hechos.
Un atropello más, entre tantos en cada rincón de nuestro país, a causa de la impunidad legalizada por los distintos gobiernos.
Gracias a denuncias provinciales y federales, todo lo que supimos a partir de la reconstrucción de la historia propia de los juicios de Lesa Humanidad, justamente por prepotencia de militancia, los testimonios de sobrevivientes y los esfuerzos de organizaciones como la nuestra, entre otras cosas, nos permitió avanzar en estas causas.
Para seguir manteniendo viva la memoria, les invitamos a participar en los alegatos de la causa Feced III los días miércoles en los Tribunales Federales
No olvidamos
No perdonamos
No nos reconciliamos.
Los juzga un tribunal. Los condenamos todos.