Comunicado en apoyo a las comunidades indígenas de la Amazonia y a los movimientos sociales que trabajan por la preservación de esta región

Las organizaciones abajo firmantes apoyamos las marchas que no son transmitidas en los medios masivos de comunicación de Brasil, denunciamos su complicidad en el ocultamiento de la información y nos unimos a las comunidades indígenas que claman por nuestra casa común.
 
“¿Por qué cuesta tanto creer que, si dañamos la naturaleza nos dañamos a nosotros mismos? No observamos el mundo desde fuera. No estamos separados de él.”[..]“Yo soy chamán de la selva y trabajo con las fuerzas de la naturaleza, no con las fuerzas del dinero o de las armas” Davi Kopenawa Yanomami, chamán y portavoz yanomami.
 
Según un estudio de 2016 publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias, la selva tropical corre riesgo de transformarse en una sabana cuando la deforestación alcanza del 20 al 25% de la cubierta arbórea total. Actualmente, la deforestación en la Amazonia es del 17 % según el último informe de Mongabay. 
 
En este momento el avance de los incendios van dejando sólo cenizas. Nos obligan a ser testigos de un biocidio en el pulmón de nuestro continente. El fuego amenaza la supervivencia de una enorme biodiversidad así como también de la gran diversidad cultural que atesora la Amazonia y el Mato Grosso. El 98,5% del territorio indígena del Brasil se ubica en la Amazonia, los pueblos que resisten y luchan por el respeto cultural hoy ven incendiados sus hogares con una total indiferencia por parte del estado.
 
La legislación internacional respalda el derecho a la tierra por parte de los pueblos indígenas quienes han sido despojados de sus territorios alrededor del mundo. Sin embargo, uno de los primeros actos del actual presidente de Brasil Jair Bolsonaro tras la toma de posesión, fue retirar la responsabilidad sobre la demarcación de los territorios indígenas del Departamento de Asuntos Indígenas, FUNAI, y dársela al Ministerio de Agricultura, cuya postura anti-indígena es notoria y tal como denunció en su momento la organización Survival esto fue “prácticamente una declaración deguerra contra los pueblos indígenas de Brasil”. “Esta es mi vida, mi alma. Si me separas de esta tierra, me quitas la vida.” Marcos Veron, (guaraní). 
 
La ONG de investigación World Resources Institute informa que Brasil es el país que deforesta a un ritmo más rápido que cualquier otro mientras el presidente disfruta de las críticas por su actitud hacia la Amazonia, refiriéndose en broma a sí mismo como 'Capitán Motosierra'. Según los datos del INPE, considerando el período comprendido entre el 1 de enero y el 19 de agosto, los incendios forestales en Brasil son aproximadamente un 80% mayores que los registrados para el mismo intervalo en el 2018, con 72.843 focos de incendio.
 
Hoy, el fuego se expande sin un plan de acción por parte del estado  y por si eso fuera poco, Jair  Bolsonaro acusa a las ONG que luchan por proteger la Amazonia de haber iniciado ellas mismas este desastre.
 
Repudiamos esta injusta criminalización de nuestros hermanos y hermanas de Brasil que trabajan a través de organizaciones sociales por preservar este sitio donde se encuentra nada más ni nada menos que el 20% del agua dulce que resta en el planeta (Macedo, M.& L.Castello, 2015). La lucha de estos movimientos junto a la de 900.000 personas, pertenecientes a los 305 pueblos indígenas que alberga Brasil, es nuestra lucha. Por eso hoy les decimos que no están solos, dejar arder la Amazonia y el Mato Grosso es un agravio contra el mundo entero.
 
Exigimos que se respete de manera inmediata los derechos humanos de pueblos indígenas y reclamamos de manera urgente información fidedigna sobre el plan de acción que se llevará a cabo para proteger la Amazonia y el Mato Grosso.